Reflexiones en tiempos virales. Historia e historicidad, hacia una -posible- utopía del encuentro

Ana María Araújo, 4 de abril de 2020. En tiempos del coronavirus global.

 

Decía Martín Buber, hace ya mucho tiempo, que la problemática del hombre se replantea cada vez que parece rescindirse el pacto primero entre el mundo y el ser humano.

Son tiempos estos, en que el ser humano parece encontrarse en el mundo como extranjero, solitario, desamparado; en espacios donde se ha borrado una imagen del Universo, desapareciendo con ella la sensación de seguridad – una cierta seguridad-que se siente ante lo familiar. Entonces, desde la intemperie, desde la incertidumbre existencial , social, arraigada en nuestros cuerpos , desde estos no-espacios y no-tiempos, nos preguntamos, otra vez, siempre , sobre nosotros mismo, sobre el otro, sobre estos nudos socio-psíquicos que nos abarcan, sobre estas sociedades de un antiguo-nuevo Capitalismo..

Vivencias y conceptos

Porque la mera vivencia queda alli , solitaria, y el concepto sin vivencia se va esclerosando en abstracciones lejanas .

Silencios y palabras

Porque como en la música, sin silencio no habría armonía y este silencio que habita hoy las calles de ciudades del mundo, habita también nuestros cuerpos. Para escucharlo, es necesario, quizás, ponerlo en palabras. Si, sabemos que la vida supera siempre la escritura, pero la escritura salva imágenes perdidas , rescata experiencias, se enfrenta al olvido, y nos conduce, más allá de la deseperanza y lo absurdo , más allá de lo siniestro, a posibles encuentros.

Temporalidades rotas y espacios desconocidos

“Caos global” y figuras , imágenes “zombis” que pueblan nuestra cotidianidad, nuestras interioridades , nuestro “ser en el mundo” .

Controles y panópticos

Ciberpanópticos internalizados.

Y el Virus, El, invade y despierta , a veces, al “enano fascista” que llevamos dentro.

O genera solidaridades inmensas, tán inmensas que sostienen la lucha contra lo ignominioso de estos momentos. Y los Autoritarios Nuevos¿ nuevos? nos recuerdan aquel tremendo huevo de la serpiente.

La biopolítica dialoga con la psicopolítica, y en esta Hipermodernidad global, buscamos, desesperadamente causas, y probables consecuencias.

Mutación civilizatoria

Ella nos habla de una vertiginosidad avasallante de tiempos diacrónicos y espacios virtuales que nos conducen a la vorágine de hiper conexiones

imposibles de digerir. Y nos evoca   vínculos fractales, deseos inacabados, cuerpos des-corporizados, de sentidos ausentes. El capitalismo, rizomático hoy, al decir de Byung Chul Han, ya no está representado por el topo sino por la serpiente . El topo es el animal de las sociedades disciplinarias, se mueve en sistemas cerrados ; la serpiente se desliza desde virtualidades y nuevas formas tecnológicas siempre en movimiento, que son inabarcables aún. El virus, yo me atrevería a decir, es una nano-serpiente, que trasciende fronteras. Una nano-serpiento, políglota, transculturual, transgénero y policlasista.

Ante esta mutación de civilización, ante estas nuevas formas del Capitalismo neoliberal, el mundo del trabajo se ve inmerso en la flexibilidad , la mecanización, la robotización y hoy,”aislamiento sanitario” mediante , aquellos, los de siempre, los más vulnerables se enfrentan al abandono de sistemas y gobiernos que cumplen su función de gendarmes del Gran Capital.

Si, los migrantes, los obreros y trabajadores “informales”, los niños y niñas del campo, las personas trans, las personas que osaron y osan vivir diversas sexualidades son los más fragilizados.

Del antropocentrismo a la defensa del Universo. Del Ecosistema

El hombre como centro del universo, es una de las característica fundantes que pautan el comienzo de la Modernidad. Esta Modernidad que sostuvo la idea ( y la praxis) que el ser humano es el rey del universo., desconociendo la Naturaleza hiriendo la Naturaleza a través de extractivismos y violaciones de la tierra y los recursos naturales, – y más aún hoy en el sur de nuestra América.

Quizás en estos tiempos virales del Capitalismo global, en estos tiempos de descorporización de lo social, sea necesario, imperioso, rescatar al ecosistema, valorar la Naturaleza , salir del antropocentrimo, apostar al encuentro, desde una ética de la libertad.

Desde le lado oscuro de este presente viral, apostar al desafío de la posible utopía del encuentro.